Finalmente no fue necesario vaciar las dos piscinas del complejo municipal de Fontecarmoa, en Vilagarcía. Ayer, el servicio volvió a funcionar sin problemas después de que el día anterior un grupo de encapuchados vertiesen en ambos vasos pintura y lavavajillas líquido en el contexto de la huelga general que viven las instalaciones deportivas gallegas.
El equipo de mantenimiento de Serviocio, la empresa concesionaria del complejo vilagarciano, consiguió filtrar y limpiar la pintura -a la postre era un tinte- y el detergente líquido sin tener que recurrir a la medida extrema de vaciar las piscinas. De haber sido así, el servicio tendría que haber dejado de funcionar al menos cuatro días. No en vano, el vaso de mayor capacidad contiene nada menos que 600.000 litros de agua que hubiesen tenido que ser desechados con un problema añadido: qué hacer con semejante volumen de líquido si la presencia de la pintura lo hubiese vuelto inservible. Desde luego, se hubiese planteado un interrogante ecológico de primera magnitud.
Una vez finalizados los trabajos de limpieza, Serviocio procedió a comprobar todos los parámetros de calidad y composición que tiene que ofrecer el agua de baño. Al comprobar que estos eran correctos, la empresa que gestiona las instalaciones remitió un informe al Concello y decidió reabrir la piscina.
El paro indefinido en el sector persigue la consecución de un nuevo convenio colectivo que mejore las condiciones salariales de los empleados de gimnasio y piscinas públicas. En su segunda semana, la movilización se ha recrudecido notablemente. Especialmente en Vilagarcía, cuyos trabajadores no han secundado la huelga en un volumen suficiente como para forzar el cierre de las instalaciones. En días previos, los piquetes vertieron basura en su exterior.
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